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La transformación de los residuos a través del ecodiseño

Hay personas que irradian una energía especial, y esa es Gema Neira, la responsable de Cholita, un proyecto surgido en 2018, cuando buscaba un envoltorio especial para conservas Gourmet. Entonces se puso en contacto con las redeiras de Corme (A Coruña) y desde entonces no ha parado.

De esa experiencia nacieron las primeras bolsas realizadas con redes de pesca y hoy Cholita ya se ha colado en el diseño de mobiliario urbano internacional a partir de material reciclado.

Todo un ejemplo de protección del medio ambiente a través de la economía circular.

“En Cholita tomamos restos del contenedor amarillo y del mar, hasta reciclamos las palas de eólicos, para crear una nueva materia prima destinada al equipamiento urbano: bancos, jardineras, papeleras o tapas de alcantarilla. Pero la capacidad de transformar residuos es infinita”, asegura Neira.

¿Y si incluso pudiéramos sustituir el hormigón o el acero por una pasta resistente compuesta por materiales de desecho, como los blísteres de los medicamentos, las redes de pesca, microplásticos, madera y aluminio de las tapas de los yogures?

Este nuevo material ya existe, y Gema Neira lo ha registrado como ‘one no wood’ (‘una no madera’), con todas las características de la madera pero que, a diferencia de ella, no se pudre. “Se trabaja en una carpintería, pero tiene la ventaja de que resiste a la intemperie y a la humedad”, cuenta Neira. Este material 100% reciclado es, además, reciclable y no necesita mantenimiento. Larga vida no, infinita.

¿Por qué no echar mano de la transformación circular para generar nuevas oportunidades en el crecimiento sostenible de nuestras ciudades?

Esta empresaria coruñesa sabe que existe otra forma de ‘sentir’ las ciudades, por eso decidió orientar sus más de 18 años de experiencia en el campo del diseño y la arquitectura hacia la búsqueda de alternativas a los materiales de siempre.

Hoy trabaja con varias plantas de reciclaje ubicadas en Galicia que le suministran los residuos, y con Galicimplas, situada en el municipio de As Somozas (A Coruña), donde reciclan los plásticos mezclados con restos de aluminio, cartón, papel y madera para transformarlo en el producto final. Primero los trituran, luego separan los metales y después los convierten en piezas muy pequeñas, similares al tamaño de un pellet. Posteriormente, esos plásticos agrupados entran en una máquina extrusionadora que los funde, creando listones y planchas que darán vida a los nuevos productos.

Fundiciones Rey, en Vilagarcía de Arousa (Pontevedra), es el último eslabón de la cadena, actúa como canal de venta. Precisamente, tras el diseño que adorna las tapas de alcantarilla se esconde la autoría del artista vilagarciano, Elías Cochón, un valor añadido que eleva esta pieza de cota 0 a categoría de obra de arte. El mix de residuos para la elaboración de una alcantarilla reciclada es de 40 kilos, una alternativa que, además, elimina, la contaminación acústica de las calles.

Ecodiseño al servicio de la responsabilidad social, que no termina ahí: Cholita pone en valor el trabajo de las redeiras gallegas, la concienciación social hacia el cuidado del medio ambiente a través de talleres y conferencias por todo el país, la fundación de un laboratorio de inclusión para que personas con discapacidad puedan participar en la producción de las piezas y, por si fuera poco, implantar su ‘one no wood’ en parques infantiles inclusivos a través de la marca Play Planet.

Pero su faceta creativa no se limita al mobiliario urbano, sino que salta al mundo textil de la mano de Pablo Gil Bueno, cofundador de la marca de calzado BULFEET, con el que está diseñando zapatillas que combinan restos de textil triturado y suelas de plástico reciclado hechas mediante impresión 3D. La hilatura de esta nueva creación se elabora a partir del textil recogido por personas en riesgo de exclusión en los contenedores de ropa usada y restos de industria.

¿Qué te has cansado de usar tus zapatillas? Pues Cholita las recoge de nuevo, las tritura en sus plantas de procesado y las reutiliza en pavimentos de parques infantiles.

¿Es o no un ejemplo de economía circular al servicio de las personas y de nuestro planeta?

Este es el universo de Gema Neira (y todas las personas que la apoyan por detrás), o el universo Cholita, que está destinado a cambiar el mundo del reciclaje a favor de las sociedades, pero no es el único. Algo está cambiando en la forma de hacer las cosas. Ahora sólo falta que las instituciones y empresas, tanto públicas como privadas, crean en los beneficios de esta transformación y apuesten por la economía circular para hacerlas crecer.

Nosotros, los ciudadanos de a pie, también tenemos un papel importante en esta transformación, porque para hacer equipo, hay que comenzar por uno mismo.

  • Cambiar nuestra mentalidad como consumidores
  • Ser conscientes de la finitud de los recursos que nos rodean
  • Admitir que no somos la única especie que vive en este planeta
  • Fomentar el respeto y nuestro compromiso con el entorno

Otra forma de vida más sostenible es posible. ¿Te apuntas al cambio?

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— Mireia Suárez, June 20th, 2022

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