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¡S.O.S. es Navidad!

Estamos a las puertas de la Navidad y lo que para algunos es un período de descanso y alegría, para otros supone uno de los momentos más estresantes del año. Las exigencias a las que debemos hacer frente se multiplican y con ellas aumenta la presión por llegar a todo y encima, con buena cara y sonrisa navideña. ¡Qué más se puede pedir!

De todos los momentos que vivimos en esta época, las comidas y cenas familiares pueden convertirse en un “campo minado” de tensiones si no sabemos gestionar nuestra comunicación y la alta sensibilidad que aflora en la mayoría de los mortales. Por ello, a menos que tengas la oportunidad de pasar la Navidad a tu aire en Kuala Lumpur, desde Misuqui Estrategia de Comunicación te recomendamos cinco claves para que asistir a los encuentros familiares no se convierta una actividad de riesgo y puedas vivirlos pausada y felizmente.

Comunicación en positivo: Comienza por adoptar una buena actitud en la mesa. Sonríe y ten en cuenta que probablemente los demás comensales estén tan estresados como tú, así que fíjate en los aspectos positivos y evita temas potencialmente conflictivos. Recordar momentos alegres vividos durante el año, anécdotas divertidas que os unen como familia o elogiar la sabrosa comida que estáis compartiendo son buenos ganchos para iniciar una conversación en armonía.

Flexibilidad: Trata de bajar un poco el nivel de exigencia y sé lo más comprensivo posible. Si alguien llega tarde, si se olvida de traer del vino o si hace un comentario fuera de lugar, intenta tomar distancia y no entrar en juicios personales. Tú puedes ser un catalizador para evitar que la conversación se convierta en un cruce de reproches, así que intenta tender puentes hacia una comunicación serena y respetuosa.

Escucha activa: Escucha atentamente sin interrumpir, mostrando contacto visual y comprendiendo no sólo el contenido de lo que nos están transmitiendo, sino también las emociones y sentimientos de la otra persona. Parece algo sencillo, pero no lo es tanto si tenemos en cuenta que en muchas ocasiones nos preocupa más responder, que comprender lo que nos cuentan.

Lenguaje no verbal: Los gestos comunican más que las palabras. Transmiten emociones, sentimientos y estados de ánimo, por lo que es esencial tenerlos en cuenta a la hora de comunicar (y de escuchar). La postura corporal en la mesa debe ser erguida y natural. No des la espalda a quien tienes al lado. Los movimientos de las manos deben de ser lo más equilibrados posible, ya que acentúan el mensaje y son una gran fuente de información. Si son bruscos o repetitivos podríamos transmitir impaciencia, nerviosismo o inquietud. Y recuerda que el contacto visual y una sonrisa sincera son grandes aliados para mantener una conversación positiva.

Agradece todo lo posible: Identifica y agradece los aspectos positivos de tu vida y de tu familia. Seguro que tienes mucho más que celebrar de lo que imaginas. Intenta olvidarte de los prejuicios que tanto daño hacen y disfruta de los pequeños detalles alrededor de la mesa. Si te dejas contagiar por la ilusión y alegría de los más pequeños contribuirás a crear un clima alegre y cordial que será difícil de quebrantar.

Son sólo algunas sugerencias a las que podríamos sumar dejar de lado la tecnología, pero eso ya lo dejamos para otro artículo...¡Felices Fiestas!


— Julia Tábora, December 28th, 2018

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